Me da la sensación de que un grupo numeroso de profesores universitarios «temen» que sus indicadores de «calidad» bajen si no llegan al estándar de aprobados que ha fijado su centro/universidad.
Supongo que la «libertad de cátedra» se inventó para evitar esta perversión… pero parece que se está quedando en «explica lo que quieras, y como quieras, pero que apruebe el 80% de los alumnos, sea como sea».
Para mí esto es peligroso, pues lo que debería ser es «explica lo que quieras, y como quieras, pero que APRENDA el 80% de los alumnos, sea como sea». Cambia una palabra, pero subyace toda una filosofía diferente: aprender, esta relacionado con adquirir, como mínimo, todas las habilidades, conocimiento y actitudes, imprescindibles e irrenunciables , que tienen que conseguirse en la asignatura para no perjudicar la adquisición de las competencias que se quieren lograr con la titulación.
Si los indicadores de calidad de la institución están bien diseñados (y creo que los de mi universidad lo están), el uso de indicadores objetivos para medir la actuación docente de los profesores, jamás atentará contra la libertad de cátedra. Es posible que, en alguno de los apartados, puedas perder algún punto por actuar según tu conciencia… pero tendrás un montón de apartados adicionales, donde puedes compensar esas pérdidas sin perder la dignidad.
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