¿El imperio de los nómadas laborales o la necesidad de supervivencia extrema?

Hoy me han compartido un enlace que considero interesante. En él se plantea (o intuye) un sistema de relaciones laborales que ya he leído en otros artículos o he escuchado en conferencias de directivos de recursos humanos donde le ponen otros nombres  o enfoques, pero creo que apuntan a lo mismo. El artículo lo puedes leer en

http://www.expansion.com/emprendedores-empleo/empleo/2017/10/19/59e8b768ca47415c118b45b7.html

Yo  sospecho que, artículos como este, son la forma en que determinado lobby empresarial (formal o informal) está intentado presionar a los legisladores para que acaben con todo resquicio de garantías de «estado de bienestar» vendiéndolo como es algo deseado por los trabajadores «nomadas», cuando en el fondo lo que se busca es evitar cualquier compromiso con la fuerza laboral (al tiempo que se espera o exige de los «colaboradores» un 150% de compromiso con la organización).

No critico que se busque más flexibilización desde las empresas, pero reconozco que puede haber muchos más aspectos negativos de los imaginados detrás del desmantelamiento total de los derechos de los trabajadores, porque la gente no es tonta y la asimetría de «poder» se acaba pagando (y toda la historia de conflictos laborales del XIX y las primeras dos terceras partes del XX son una prueba de ello).

Insisto en que no es una cosa sencilla y comprendo las preocupaciones desde el lado de la gerencia cuando tienen las manos y las decisiones muy atadas por la ley y la balanza se desequilibra hacia el otro lado… toda situación de excesiva ventaja acaba derivando en abusos (implícitos o explícitos).

Sin embargo, haciendo una analogía histórica, los humanos empezamos siendo nómadas por necesidad (no porque nos gustara). Porque en el momento que conseguimos la mínima posibilidad de ser sedentarios, la adoptamos y entonces empezó a crecer la civilización, gracias a unas condiciones que permitían el máximo desarrollo del talento humano (a costa de excluir a otras especies y fagocitando recursos). Supongo que, del mismo modo, estos «nómadas» lo son porque no les queda otro remedio (alguno lo será por vocación, igual que quedan aventureros por vocación) y sólo una relaciones estables a largo plazo permiten generar sinergias y hacer crecer el talento colectivo muy por encima de la suma de las individualidades.

No se si desde la dirección de las empresas pensaréis que tengo un planteamiento muy ingenuo/idealista del asunto

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¿La mejora continua es innovación? Is continuous improvement innovative?

You can watch this video to open mouth:

And after you can read this post that come from Lean.org (http://www.lean.org/shook/DisplayObject.cfm?o=3301)

«Innovation is a popular – and important – concept. So, here are three questions. What is it? What does lean thinking have to say about it? So what?

I did some deep-diving recently into this thing we call innovation. It’s interesting how there’s not much in the way of an accepted definition. So, consolidating a lot of stuff from different sources (you’re welcome), running it all through my own filter (apologies!), here’s a stab: An innovation is anything that is novel and valuable. Novel means new. Especially a new idea or method or something that has a “process” piece to it. Valuable – the link here with lean thinking is clear – means that someone, anyone perceives the new thing/method/process as having value. Value from the perceiver’s perspective.

Innovation

What does lean thinking have to say about innovation? First, I think the word/concept gets overused. Does new or novel mean better? There’s somehow the perception that “innovation” is further up the food chain, higher up the evolutionary scale than lowly “improvement.” Ever hear this: “Oh, that’s a nice incremental improvement, but what we need is innovation!” Radical innovation. Disruption innovation. Well, sure. We want to be ahead of the curve. To set the trend. Henry Ford. Steve Jobs.

But, while an innovation by definition has “value,” an improvement by definition means the new way is better than the old. From that standpoint, improvement is underrated; it could use an image makeover.

And, I bet you agree, it has become all too common to draw too deep of a distinction between the two. Almost all innovations are actually improvements on things or ideas that already existed. Not much new under the sun. No? What’s under the sun are, literally, the four forces of nature. Just four.

Branford Marsalis (the less famous brother), in reference to the tremendous creativity and innovation that is jazz, observes, “Everything you read about jazz is: ‘Is it new? Is it innovative?’ I mean, man, there’s 12 f-ing notes. What’s going to be new? You honestly think you’re going to play something that hasn’t been played already?” Very interesting. Of course, tremendous creativity comes from combinations and the very constraints imposed by the “12 f-ing notes.” Still, Coltrane, Miles, Gershwin – they’re just playing around with the same 12 notes. The universe has four forms of energy.

Lean Thinking

Lean thinking itself was an innovation (new and valuable) and an improvement over what preceded it (and what still exists in so many places) that contains within itself the means of further innovation and improvement. Masaaki Imai, to whom we owe much, gave us this framework about 30 years ago:

data

Imai’s framework is useful in thinking about types of problem solving (though we should add one more, a topic for next time!). Lean thinking suggests, however, that we be careful to not draw the lines between them – sustain + Kaizen + innovation – too harshly. There’s much overlap, with one bleeding into the other. As lean thinking is itself an innovation, within it are specific methods for innovating (as there are for kaizen and sustainability, as well) such as set-based innovation, Lean Startup methods, A3 and kata techniques, and most importantly the fundamental approach of engaging everyone in the act of innovating in their own work. Innovation is not the purview only of a chosen few to be applied in only special situations.

So what?

It’s taking that thought further that highlights the deepest contribution of lean thinking – the role of innovation in the work. We think of the iPhone as a tremendous innovation, like the internet, the automobile and now autonomous driving. But, the actualization of each of these, the underappreciated enabler that propelled them to change our lives was, first of all, the many technical innovations that preceded them (no iPhone without iPod, without Macintosh, without Apple II…). And secondly, the innovation in the work to be done entailed in bringing them to life. Here’s an animation that tries to tell that story. I’ll be curious to hear what you think. (Click HERE to view Innovation in the Work animation)

John

John Shook
Chairman and CEO
Lean Enterprise Institute, Inc.
jshook@lean.org»

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Lanzamiento de micromaster MOOC en EDX.org

Hoy se ha lanzado la primera edición del micromaster Liderazgo y trabajo en equipo en grupos de mejora continua en la plataforma MOOC de EDX.org

Tienes más detalles del curso en:

https://www.edx.org/micromasters/upvalenciax-liderazgo-y-trabajo-en-equipo-en-grupos-de-mejora-continua

Y en la nota de prensa de la UPV tienes más información de en qué consiste un micromaster:

http://www.upv.es/noticias-upv/noticia-8412-pionera-en-espa-es.html

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Segunda edición de MOOC de mejora de procesos

Son gratis, son on-line (y cada edición serán mejores )

http://cursomejoraprocesos.upvx.es/

Cuando hacer las cosas bien no es suficiente, necesitamos convertir la mejora continua en un lema diario para todos los trabajadores de la empresa”. Para ello necesitamos conocer técnicas que nos ayuden a realizar esta tarea de manera más sistemática para que, por un lado tengamos mejores resultados y, por otro, no nos dispersemos con las urgencias de un día a día caótico. En este curso, aprenderás a definir problemas/oportunidades, y a convertirlas en un proyecto de mejora. Descubrirás cómo construir un equipo que se haga cargo de estos proyectos y conocerás y practicaras diferentes técnicas para la resolución de problemas en grupo.

Al finalizar el curso serás capaz de participar en grupos de resolución de problemas que sean capaces de mejorar la eficiencia de las organizaciones.

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Competencias, capacidades y habilidades en la formación y evaluación universitaria

Actualmente estamos en un contexto educativo de educación superior (EEES/EHEA) donde la palabra «competencia» aparece repetidamente: formación en competencias, evaluación de competencias de los estudiantes, competencias a adquirir en determinado Grado o Máster…

Pero, al mismo tiempo, hay muchos docentes/gestores universitarios que reconocen públicamente que esto de las competencias les supera, que no acaban de entender en qué consisten o que no saben como aplicar este «concepto» en el desarrollo de su labor docente (en la creación de guías docentes o la impartición de la asignatura) al servicio del aprendizaje de sus alumnos.

Si trabajas como profesor universitario y tienes claro en qué consiste una «competencia» y eres capaz de diferenciarla de un «objetivo de aprendizje». Es más,  eres capaz de formular competencias, evaluarlas e  integrarlas en el día a día de tu trabajo como docente (la D de PDIg), no es necesario que sigas leyendo esta entrada (salvo que quieras compartir como comentario cómo lo has conseguido, pues le vendría bien a más de uno).

Yo, con el permiso de los que saben de esas cosas, voy a intentar transmitiros mi visión sobre el asunto. Simplemente soy un usuario del concepto y os contaré cómo vivo/sobrevivo al cambio de paradigma (que en mi caso se inició sobre 1997) acerca del binomio docencia/aprendizaje. Estoy seguro de que algo incorrecto o  equivocado habrá en lo que voy a contaros, pues se trata de mi visión particular y no me dedico 100% del tiempo a reflexionar o pensar qué es una competencia o cómo integrarla en la pedagogía de la educación superior. Por lo tanto, no toméis esta entrada como un referente absoluto, sino como algo que igual os ayuda a pensar sobre un tema que os atañe.

Par mí, una competencia es un «saber hacer» complejo contextualizado. Podéis consultar esta referencia para más información al respecto:   Fernández March, A. (2010). La evaluación orientada al aprendizaje en un modelo de formación por competencias en la educación universitaria. Revista de Docencia Universitaria, Vol. 8, nº. 1, pp. 11-34.
Si el «saber hacer» es contextualizado, significa que los niveles de competencia adquiridos en un contexto quizás no se mantengan en otros. Por ejemplo, ser competente para conducir un coche en linea recta, no significa que se siga siendo cuando se conduce a alta velocidad en autopista. Del mismo modo, esta última competencia tampoco asegura que se sea competente conduciendo en carreteras estrechas de montaña con curvas y de noche, ni que se sea competente si se pasa a conducir en las islas británicas, si te has formado en continente europeo. Aunque sea insistir sobre lo mismo, pongo otro ejemplo relacionado con una titulación que me apasiona (el Grado en Ingeniero de Organización Industrial): tener la competencia de «dirigir grupos de personas» puede ser muy diferente cuando el contexto son personas que se dedican a ensamblar componentes en una empresa industrial, o  cuando se tratan de ingenieros en una empresa consultora, o cuando las personas están molestas con la empresa y no quieren hacer caso a su jefe.

Por otra parte, si las cosas que deben «saber hacer» los estudiantes son complejas, se necesitarán mucha horas para adquirir la competencia. Quizás muchas más que las que se disponen en los ECTS de una asignatura o incluso un curso. Por dar una referencia sacada de una charla reciente de Patricio Montesinos: si consideramos que se pueden establecer 5 niveles de competencia siguiendo el modelo de Dreyfus & Dreyfus (1980), pasar del nivel I (novato)  al nivel III (una persona competente en un contexto determinado), puede requerir de un mínimo de 20-30 horas de prácticas, más las hora necesarias para adquirir conocimientos. Pasar a los niveles IV (competente en varios contextos) o V (experto) pueden llegar a requerir 500-1000 horas de prácticas.

Primera conclusión que extraigo de lo expuesto hasta el momento. Las competencias pueden ser más o menos complejas en función del nivel al que queramos que lleguen los alumnos y los contextos en los que queramos que los alumnos sean competentes. Definir una competencia sin hacer explícito estos aspectos, probablemente sea un mal comienzo porque nos deja sin un referente claro sobre el que trabajar.

Otro aspecto que a mi me mareaba bastante es cómo integrar los conceptos de competencia, capacidad, habilidad y objetivo de aprendizaje. Hay personas para las que significan cosas distintas y suelen criticarte cuando formulas una competencia y te dicen «eso no es una competencia es un objetivo de aprendizaje».. y tu te quedas como pensando … si, vale, pero a mi me sirve. Para otras, estos cuatro términos o al menos varios de ellos son sinónimos y describen la competencia como «la capacidad de… » o «la habilidad de…».

Yo no quiero ser muy quisquilloso con los términos. Como yo los uso, las competencias, capacidades y habilidades son tres categorías de complejidad contextualizada, es decir, una especie de matrioskas : una competencia se compone de varias capacidades y estas, a su vez, se concretan en varias habilidades (ver Marin-Garcia et al, 2013)

Los objetivos de aprendizaje son, para mí, la forma de concretar las capacidades y habilidades, estableciendo una meta a lograr. Y el logro de esta meta es posible medirlo de algún modo. Así, si mis estudiantes demuestran que son capaces (si, capaces) de superar los objetivos de aprendizaje relacionados con las capacidades y habilidades que componen una competencia, puedo sentirme razonablemente confiado de que la asignatura les ha servido para construir la parte de la competencia que  había decidido trabajar durante el curso. Y si no lo logran, puedo darles orientaciones de qué cosas deben trabajar y, al mismo tiempo, yo puedo reflexionar sobre por qué no lo hemos logrado y, si es necesario, hacer alguna modificación de la asignatura para el curso siguiente.

Al llegar a este punto, donde ya he contado lo que quería contar, me asalta la duda de si habrá servido para algo. Si resultará útil y ayuda a alguien o si, por el contrario, no he hecho más que contribuir con un poco de ruido a la confusión sobre estos temas.

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