En mis asignaturas, he definido una política para el uso de IA generativa y la comparto por si puede servir de referencia a otros colegas.
No me interesa valorar qué son capaces de hacer mis estudiantes como usuarios de IA generativa, sino fomentar que aprendan de verdad los contenidos o desarrollen actitudes o habilidades. Por eso, animo a emplear IA cuando les ayude a aprender, y desaconsejo su uso cuando se convierta en un atajo que impida el desarrollo de competencias.
En cada actividad especifico si se puede usar IA y en qué medida. Además, invito a los estudiantes a preguntar si tienen dudas. Esto evita ambigüedades y les ayuda a comprender el sentido pedagógico de cada decisión.
Adicionalmente he adaptado el modo en que entrego puntos por las tareas realizadas. Con el nuevo sistema pretendo desincentivar el juego absurdo de estar calificando un texto escrito por una IA e intentar dar feedback/feedforward a mis estudiantes basados en una quimera. Combino tareas observables en clase (evaluación continua (0-10)) con reflexiones personales que no aportan valor si se hacen con IA (evaluación dicotómica (hecho/no hecho)). El objetivo es que una reflexión breve y auténtica del estudiante tenga más valor pedagógico que una exposición extensa generada artificialmente
Mi modelo de aprendizaje fluctúa entre EPLEDRE (denostado por Ahrens (2020) y muchos promotores de 2ndbrain) y zettlekasten/2ndbrain. En ambos casos, todas las etapas del proceso se pueden hacer íntegramente con IAgen, incluso se pueden hacer muy bien (quizás sin diferencias en resultado respecto a un humano o superando a un humano -por supuesto son imbatibles en tiempo, lo que a un humano le puede costar meses o años, lo tienes en minutos con IAgen-. Pero no aprendo lo mismo consumiendo que creando. Cuando trabajo manualmente, cada fragmento de información debe ser leído varias veces. Una cuando los subrayo, otra cuando lo posiciono en el diagrama de afinidad, otra cuando lo codifico y otra cuando lo tengo agrupado por códigos para escritura productiva. Estos 3-4 impactos (como mínimo) hacen que recuerde las cosa (o al menos aumente la probabilidad de que las recuerde), también me dan 4 oportunidades para conectar esa información con ideas, preguntas o intereses. Si tengo métodos abreviados que me automatizan alguno de estos 4 pasos, ahorro tiempo, pero seguramente perderé aprendizaje (o aprenderé de otra forma que no se si será igual de profunda o más superficial).
Se me ha ocurrido (no se si con acierto o no), que cuando uso IAgen, estoy haciendo un aprendizaje que podría parecerse a la observación, mientras que si lo hago manualmente es “learning by doing”. Esto me da la oportunidad de intuir que puede pasar en mi aprendizaje aprovechando el conocimiento científico que ya existe sobre estos dos tipos de aprendizaje.
El aprendizaje basado en la práctica (learning by doing) y el aprendizaje por observación (observational learning) se han demostrado efectivos para mejorar el aprendizaje. Pero es posible que no se manifiesten los mismos resultados de aprendizaje, o no con la misma intensidad, con uno y otro. Mientras que “aprender haciendo” permite un aprendizaje experiencial profundo y un desarrollo de habilidades prácticas, “aprender observando” puede centrarse más en la cognición y la asimilación de información a través de la reflexión y el pensamiento crítico. Estos métodos activan diferentes sistemas cognitivos. Cuando simplemente observamos a alguien hacer algo, nuestro cerebro activa principalmente las neuronas espejo (ubicadas en áreas frontales y parietales) y las zonas visuales, que nos permiten entender lo que vemos pero sin comprometer completamente nuestros sistemas de control. Sin embargo, cuando ejecutamos esas mismas acciones, la cosa es diferente. Para movimientos físicos se activan intensamente la corteza motora (que controla nuestros músculos), el cerebelo (que coordina los movimientos) y los ganglios basales (que automatizan secuencias), además de áreas sensoriales que procesan el tacto y la posición de nuestro cuerpo. Cuando intentamos una accion mental como resolver problemas, la ejecución activa dispara mucho más intensamente la corteza prefrontal (nuestra “zona ejecutiva” que planifica y toma decisiones), áreas de memoria de trabajo en regiones parietales, y el cíngulo anterior (que monitoriza errores y conflictos) que se podría asociar al procesamiento metacognitivo. Además, durante la observación, la activación cerebral tiende a ser más bilateral y distribuida. Es decir, genera un procesamiento mas general. , mientras que la ejecución fuerza al cerebro a comprometer recursos especializados de cada hemisferio, creando representaciones más específicas y lateralizadas que son más eficientes pero también más especializadas para tipos particulares de tareas.
Un ejemplo, en deporte puedes aprender o interiorizar tácticas o esquemas de juego a partir de visionado de vídeos. Sus ventajas son indudables (hace viable ejercicios que no podrían hacerse en directo por falta de recursos o por condiciones meteorológicas u otras variables de contexto; no agota físicamente, de modo que puedes repetir sesiones sin sobrecargar musculatura; da un punto de vista que es difícil de lograr en el campo; permite parar, pausar, comentar y repetir mucho más flexible que en el campo…). Sin embargo, el impacto en tu forma física es nulo cuando ves un partido y la mejoras cuando juegas uno. De modo que no se aprende lo mismo consumiendo que haciendo.
Estas instrucciones han sido creadas en julio de 2025, es probable que en el futuro las pantallas u opciones que se muestren no coincidan con las actuales.