Reunión con responsables de RRHH de IDLogistics como DAT de GIOI

Spain

El martes 7 de Mayo de 2019, dos directivos de la empresa IdLogistics (https://www.id-logistics.com/es/) nos visitaron en las instalaciones del Departamento de Organización de Empresas para comentarnos, entre otras cosas, su propuesta de prácticas en empresas para alumnos del Grado de Ingeniero de Organización.
Fue una visita interesante de la que quizás se derive la creación de casos sobre problemas reales que afronta la empresa sobre algunos aspectos de la gestión de su negocio.

Visitas: 26

Apertura de la 7ª edicion del MOOC sobre grupos de mejora de procesos en EDX.org

Visitas: 19

¿La evaluación por competencias es algo más que evaluar conocimientos, habilidades y/o actitudes?

De momento sólo planteo la pregunta porque no tengo una respuesta clara al respecto por eso está, de momento en “preguntas no resueltas” . Cuando tenga alguna respuesta modificaré esta entrada.

En las organizaciones cada vez se habla más de gestión del talento y eso, de alguna manera, implica gestionar las competencias de los trabajadores. Soy de los que opinan que lo que no se puede medir, difícilmente se puede gestionar. O, dicho de otro modo, dime cómo mides y te diré realmente qué estás gestionando. Por otra parte, las universidades publicas españolas están queriendo moverse a un modelo de evaluación de competencias. De momento sólo es algo que aparece en las memorias de verificación de títulos, donde las competencias tienen un papel prioritario. Sin embargo, no parece que los profesores “de a pie”, los que están a cargo de las asignaturas que se imparten tengan muy claro cómo trabajar en este “nuevo” entorno y parece que se reproducen los sistemas o métodos tradicionales.

Por eso me parece relevante reflexionar sobre ¿Qué es la evaluación por competencias? Y, sobre todo, ¿cómo se realiza una adecuada evaluación por competencias?

Visitas: 20

¿Qué revistas científicas se pueden considerar indexadas de prestigio? ¿existen los predatory indexes?

Con frecuencia recibo consultas acerca de mi opinión sobre la calidad de diferentes revisas. Supongo que me han preguntado porque consideran que soy una persona experta porque he invertido varios años como subdirector de investigación del Departamento de Organización de Empresas en diferentes equipos. O quizás sea por el seguimiento y apoyo que he dado a la comisión de Indice de Actividad Investigadora de la UPV a través de una cantidad bastante elevada de “gregales” (sistema de gestión de incidencias, quejas y sugerencias internas en la UPV) emitidos a lo largo de los últimos 10-12 años. También es posible que me pregunten por mi experiencia con todo el sistema de indexación ya que soy editor jefe o participo en el comité editorial de varias revisas “indexadas”.

La última tanda de preguntas recibidas tenía que ver sobre si se podía considerar como “indexada” determinada revista. Interesante cuestión que me ha animado a escribir esta entrada.

Primero quiero insistir en un asunto de terminología:  no se debería hablar de revistas indexadas o no indexadas… indexadas hay miles (es tremendamente sencillo estar indexada en algún sitio, es decir estar dada de alta en una base de datos de revistas científicas). Indexadas con indices relativos hay menos (muchas menos).

Indices relativos tienes en JCR, ScimagoJCR, pero también en Journal Scholar Metrics, google citations, DICE, MIAR, ICV de Copernicus … la dificultad está en definir cuáles de los indices relativos son fiables y dónde están los puntos de corte para marcar revistas de prestigio si el índice no crea bloques o cuartiles. Por ejemplo, Scimago JCR además del índice, agrupa la revistas en cuartiles; DICE tiene las revisas agrupadas en 4 niveles de mas a menos calidad;  pero MIAR o ICV-Copérnicus solo ponen un numero (cuanto más grande mejor, pero no sabes los puntos de corte por niveles).

A estos índices se pueden añadir aquellos desarrollos locales (nacionales, autonómicos, de una universidad o de una asociación científica) que se hayan creado con un fin específico. Por ejemplo, las universidades australianas han pactado un indice que les sirve de referencia; las universidades catalanas usan MIAR como referencia; la universidad de Cambridge tiene  un listado agrupado en 4 niveles (como hace el DICE) que indica cuáles son las revistas de más a menos prestigio; o, por poner un último ejemplo,  la UPV tiene una clasificación de revistas en 4 niveles (ahora están modificándolo para que sean 6), creada por la comisión del Valoración de la Actividad Investigadora de la UPV (que entra dentro del programa DOCENTIA, integra todos los campos científicos en la que la UPV se mueve y lo hace con el espíritu de que sea JUSTA la comparación inter-disciplinas. Además,  tiene un sistema de decisión auditado, sensato y establecido durante años). Por supuesto, ninguno de estos ejemplos es perfecto (no sólo porque es difícil tener claro el criterio que hace que una revisa científica sea de calidad o no) pero representan soluciones de compromiso alcanzadas a través de un consenso y que permiten tener un sistema más ajustado y acorde a las necesidades concretas de una institución.

Personalmente creo que, además de JCR y Scimago JCR, hay algunos otros indices solventes (Journal Scholar Metrics , google citations, DICE, MIAR, ICV de Copernicus…). Quizás, los más claros para el campo de la Organización de Empresas en España serían:

  • DICE-que surge de un convenido de CSIC con ANECA y la ANECA usa esta base de datos como referencia de calidad-
  • Journal Scholar Metrics (en el fondo se alimenta de datos de google scholar citations, pero lo mejora incorporando indicadores bibliométricos más potentes y categorizaciones).

Para finalizar, quería expresar una preocupación que me ha empezado a rondar por la cabeza. Me temo que pronto se disparará el negocio de crear indexadores. Hasta ahora, los índices de revistas que se valoran en España están en manos de grandes grupos editoriales multinacionales (Thompson, Elsevier y quizá Google se puede incluir en este paquete). Nos  hemos fiado de sus “rankings” porque son unas empresas monstruo que han intentado (y casi conseguido) tener el monopolio de este servicio. Pero, en el fondo, son entidades que velan por sus propios intereses y la ciencia es una escusa para hacer su negocio (que, en algunos casos, no es demasiado transparente). También hay índices que  han sido desarrollados por colectivos científicos independientes apoyados con fondos públicos nacionales aunque, paradógicamente, no son considerados por las propias instituciones que los financian, que prefieren dar prioridad a los listados de JCR o ScimagoJCR (también es cierto que España está financiando el desarrollo de JCR y scimagoJCR a través de la suscripción de la FECYT de SCOPUS y WEBofScience para todas las universidades públicas españolas).

En este contexto no resulta imposible imaginar (y esto es lo que me preocupa) que los mismos estafadores que inventan los predatory journals y los predatory meeting, ahora extiendan  su fraude orientándolo a los predatory indexes (porque seguro que hay un negocio en ordenar revistas y habrá gente está dispuesta a pagar una fortuna para que sus revistas estén en la parte TOP de algún indice -independientemente de las garantías científicas del indice-) y ese es un peligro al que tendremos que enfrentarnos en el futuro.

Visitas: 77

¿Es posible que me quede sin trabajo por lo mal que escribo?

En unas semanas empezará un nuevo curso y tendré la oportunidad de leer una gran cantidad de textos escritos por mis alumnos en diferentes ejercicios, trabajos, exámenes o entradas de foro/blogs. Si nada cambia, volveré a experimentar la sensación de que, las personas matriculadas en mis asignaturas, cada vez escriben peor y, además, les importa poco tener esa tara. Creen, que en el mundo dominado por los emoticonos y la taquigrafía de chat, no tiene importancia dejarse una “h” por el camino, permutar una “v” por una “b”, ignorar la existencia de las tildes o esparcir las comas y puntos como quien lanza serpentinas.

Quizás tengan razón… Pero mi intuición me dice que se equivocan. Yo creo que, en un mundo digital, se escribe infinitamente más que se habla y que la primera impresión de una persona no la da su imagen, sino cómo escribe.

Es posible que yo piense así porque soy “un tipo raro” o porque soy de otra generación. Es posible, que las personas que tengan que decidir si contratar o no los servicios de mis alumnos en sus empresas, sean tipos tan raros como yo o, muy probablemente, de mi generación.

Y si no lo creéis, leed este artículo en la HBR (https://hbr.org/2012/07/i-wont-hire-people-who-use-poo), que tiene un título tan explícito como este “I Won’t Hire People Who Use Poor Grammar. Here’s Why” y del que os extraigo unos fragmentos (aunque recomiendo su lectura íntegra):

“But grammar is relevant for all companies. Yes, language is constantly changing, but that doesn’t make grammar unimportant. Good grammar is credibility, especially on the internet. In blog posts, on Facebook statuses, in e-mails, and on company websites, your words are all you have. They are a projection of you in your physical absence. And, for better or worse, people judge you if you can’t tell the difference between their, there, and they’re.”

” If it takes someone more than 20 years to notice how to properly use “it’s,” then that’s not a learning curve I’m comfortable with. So, even in this hyper-competitive market, I will pass on a great programmer who cannot write.”

“I hire people who care about those details. Applicants who don’t think writing is important are likely to think lots of other (important) things also aren’t important. “

[rating]

Visitas: 13

Publicado-MARIN-GARCIA, Juan A.(2015) Publishing in two phases for focused research by means of “research collaborations”

MARIN-GARCIA, Juan A.. Publishing in two phases for focused research by means of “research collaborations”. WPOM-Working Papers on Operations Management, [S.l.], v. 6, n. 2, p. 76-80, dec. 2015. ISSN 1989-9068. Available at: <http://polipapers.upv.es/index.php/WPOM/article/view/4459>. Date accessed: 27 dec. 2015. doi:http://dx.doi.org/10.4995/wpom.v6i2.4459.

(La publicación en dos fases para la investigación enfocada a través de “research collaborations”)

We present and justify a new way to research and publish. This proposal is not intended to substitute or replace traditional ways of doing science, but rather complement, filling a gap and providing an efficient way to achieve scientific advances. The process begins with the sending a proposal of protocol to WPOM. Proposals are evaluated in each of the collaborations, depending on the potential to fill a research niche in the area. In the case of accepted protocols, WPOM guarantees commitment to publish the article if the protocol and deadlines are met. Thus, researchers can develop their projects focusing on meeting the protocol that has been approved without the question of whether, once completed, research is relevant or if the methodology is correct.

—-

En este artículo presentamos y justificamos una nueva forma de investigar y publicar. Esta propuesta no pretende sustituir o reemplazar a los modos tradicionales de hacer ciencias, sino complementarlos, rellenando una laguna y ofreciendo un camino eficiente para lograr los avances científicos. El proceso se inicia con el envío de la propuesta de protocolo WPOM. Las propuestas se evalúan, en cada una de las collaborations, en función del potencial para cubrir un nicho de investigación en el área. En el caso de ser aceptados los protocolos, WPOM garantiza un compromiso de publicación del artículo si se cumple el protocolo y plazos prometidos en el proyecto. De este modo, los investigadores pueden desarrollar proyectos de escritura centrándose en cumplir el protocolo que ha sido aprobado, sin la incógnita de si, una vez terminada, la investigación es relevante o si la metodología es la correcta.

 

Keywords

focused research; protocol; collaboration;Investigación enfocada; protocolos

Visitas: 19

Buenas Prácticas docentes para la competencia transversal de trabajo en equipo.

Hace unos meses participé en la grabación de una entrevista sobre Buenas Prácticas para docentes universitarios que quieran incorporar la competencia transversal de trabajo en equipo a sus objetivos de aprendizaje. Estoy seguro de que me habré dejado cosas sin comentar o que no habré comentado con claridad. Por eso voy  escribir en esta entrada lo que pienso sobre el tema usando el guión de la entrevista como esquema.

Aunque imparto diferentes asignaturas, me he centrado en la entrevista en una asignatura de 2º del Grado en Ingeniería de Organización Industrial (hace un par de años que ya no la imparto, pero es muy probable que vuelva a ella en el futuro). En otras asignaturas, de 3º ó de 4º del mismo grado o  en el  Máster Universitario de Gestión de Empresas Productos y Servicios, el trabajo relacionado con esta competencia transversal es diferente, porque son otros contenidos, otros objetivos de aprendizaje y otros contextos (de madurez del alumno, de tamaño de grupo, etc.)

Datos de la asignatura:

  •  Fundamentos de Organización de Empresas (FOE)
  • Curso 2º
  • Nº de alumnos 87
  • Titulación GIOI

¿Considera importante trabajar en su asignatura la competencia transversal de trabajo en equipo?

Si, junto con liderazgo, emprendimiento y comunicación efectiva es una de las competencias principales en esta asignatura.

¿Qué le aporta la competencia de trabajo en equipo en su asignatura?

Concretamente en FOE, se trata tanto de un competencia “instrumental” (que sirve para trabajar mejor en la asignatura) como de una competencia ESPECIFICA, anclada en uno de los objetivos de aprendizaje. Una parte (no demasiado grande en este caso) de los contenidos de la asignatura consiste en que los alumnos mejoren esta competencia.

¿Qué ha cambiado en su metodología de trabajo en clase?

Si he de ser sincero, nada … y todo, me explico. No ha cambiado nada “recientemente” porque hace más de 15 años que di el salto hacia una docencia activa con un trabajo intenso de los alumnos utilizando, entre otras estrategias, el trabajo en equipo. Y ofreciendo evaluación formativa y asesoramiento a los alumnos acerca de cómo mejorar en esta competencia.

Los alumnos me suelen decir que jamás han tenido unas clases como las que yo les monto (tanto alumnos de segundo, como alumnos de 3º o 4º o alumnos de máster… incluso los que vienen de universidades de prestigio).

¿Tiempo que le dedica?

¿A preparar las dinámicas de grupo? Mucho, muchísimo. Y a supervisar el trabajo de grupo y a revisar el producto del grupo o las reflexiones o comentarios de los alumnos sobre su trabajo en grupo… mucho más.

Si lo que me preguntas es por el tiempo de impartición, te contesto que casi todo el tiempo de mi docencia presencial se realiza o se basa en trabajo en grupos. Yo intervengo y hablo bastante en clase, pero siempre a partir de las dudas que me preguntan los alumnos o las cosas que yo observo y luego comento en clase.

¿Ha sido difícil integrarla en los contenidos de clase?

Para mi, ahora, no representa ninguna dificultad, porque todo está diseñado y encajado desde esta perspectiva… Llevo tantos años pensando las clases de esta manera que me resulta mucho más difícil encajar una docencia pasiva en los contenidos de cualquiera de mis asignaturas. Simplemente, si no es con “actividad” (mental) de los alumnos en los conceptos que quiero trabajar, no puedo imaginarme ninguna clase efectiva. Para aportar al grupo, el alumno debe haber hecho antes un trabajo individual y luego participa en el grupo (eso, como mínimo, son dos “impactos” sobre los conceptos o habilidades a trabajar. Pero además, tienen que explicar a otros o preguntar cosas que no entienden y tienen que reformular lo que otros dicen, comprender otros puntos de vista… al final son 5-6 “impactos”, que hacen el aprendizaje más rico y duradero. Mi experiencia me demuestra que, con actividades en grupo (BIEN LLEVADAS), los alumnos aprenden los mismo conocimientos que con una buena lección magistral activa. Pero, además, aprenden habilidades y experimentan actitudes que son imposibles (o muy difícil) de desarrollar con la lección magistral. Pero, para eso, el trabajo en grupo debe ser activo. Y actividad no es “moverse”, es que se activen neuronas con conceptos, experiencias, habilidades y actitudes relacionadas con los objetivos de aprendizaje de mi asignatura. Es posible tener trabajo en equipo pasivo y eso, muchas veces, es por un mal diseño o una mala praxis del profesor.

¿Cómo lo evalúa? ¿Qué peso tiene en la evaluación?

En esta asignatura en concreto, tiene un peso elevado en la “evaluación formativa” pero apenas tiene peso en la “evaluación sumativa”. Por lo menos no un peso directo. Si hacen bien el proceso de grupo, aprenderán más y eso se verá reflejado no solo en el “producto “ de grupo (que evalúo), sino también en los exámenes y otros actos de evaluación que planteo. Mi evaluación formativa pretende ayudar a que progresen (y sean conscientes de ese progreso). Uno de los motivos para que no pese en la calificación final, es que, en esta asignatura, son demasiados alumnos como para poder hacer una evaluación profunda y fiable de esta competencia. Además, que darle peso convertiría la asistencia a clase en obligatoria (y yo prefiero que venga a clase el que la encuentre útil para aprender y no el que lo tenga impuesto para aprobar). En este sentido sorprende cómo los alumnos son capaces de “aguantar” yendo 50 horas a clase por un mísero punto sobre 10, aunque consideren que están perdiendo el tiempo en clase (en esta asignatura no pasa porque no ganan puntos por “asistir”, pero sé que en otras asignaturas sí que pasa)

No obstante hay actividades donde el proceso de grupo recibe una nota “modificadora” del producto de grupo. Es decir, valoro de 0 a 100% la presencia de unas pocas características de trabajo en grupo que sean imprescindibles para hacer bien la tarea en grupo, y multiplico la nota de producto por ése %. Cuando hago esto, la característica a observar debe ser observable y objetivable. Además, debe ser posible que todos los grupos puedan tener el 100% (depende de la voluntad de los alumnos y no de otros factores); y lo hemos practicado y probado antes, de modo que los alumnos saben cómo lograr ese 100%. Si no se cumplen estos requisitos no lo incorporo a evaluación sumativa. Escribí un artículo para Intangible Capital donde cuento un ejemplo de esto que estoy comentando.

¿Cómo la valoran los alumnos? ¿se implican? ¿ven la utilidad?

Hay de todo. En los cursos iniciales, les cuesta ver la utilidad o aplicación. Los alumnos de últimos cursos lo ven más claro y cuando van a las entrevistas de trabajo o cuando tienen su primer empleo, es frecuente que me escriban diciendo lo útil que les ha resultado lo que hicieron en mis clases (por ejemplo para las entrevistas grupales que hacen algunas empresas).

No obstante, en asignaturas de 2º, como esta, o en 3º, parece que los alumnos se dividen en dos grupos de opiniones. Hay personas fascinadas con esta forma de trabajar en clase (un poco más de la mitad) y hay personas que no les gusta nada (intuyo, no tengo datos, que es porque prefieren una lección magistral que les dé las cosas mascaditas y les exije poco, normalmente tampoco les gustaría una lección magistral activa). No hay apenas alumnos indiferentes.

Quizás sea porque trabajar bien en equipo significa trabajar más (nunca se trabaja menos, porque al trabajo individual hay que añadirle la coordinación), lo que pasa es que se logran cosas inimaginables individualmente. Es bastante popular la frase “individualmente voy más rápido, en equipo llego más lejos”

VENTAJAS Y DIFICULTADES

Es muy complicado porque se trata de observar y evaluar conductas

En grupos numerosos (más de 20 alumnos en clase) es imposible dar una evaluación formativa muy profunda. Hay que centrarse en pocas cosas y que puedan ser observadas en multitudes, o tomar muestras (en vídeo, por ejemplo) y luego comentarlas para que los alumnos aprendan por comparación. Esto tiene el problema de la cesión de imágenes y la distribución que luego pueda tener ese vídeo.

Pero cuando das con la clave, transforma radicalmente el espacio de aprendizaje de la clase y los resultados son excepcionales (y muy útiles para los alumnos)

RECOMENDACIONES

Esto no es sencillo ni cómodo. Consume mucho tiempo del profesor. No lo intentes si no estás convencido y preparado. No estamos obligados a evaluar o trabajar las competencias transversales si chirrían con los contenidos de la asignatura o con la personalidad del grupo de profesores o si no tenemos tiempo de desarrollar el temario “importante” (si no consideras esta competencia importante en tu asignatura, no intentes hacer nada). Creo que es mejor no hacerlo que hacerlo mal (pues sientas un precedente o una predisposición de los alumnos, que luego es muy difícil de cambiar). Si estás decidido a hacerlo, a invertir tiempo docente de tu asignatura a ello, mi recomendación es que empieces a muy pequeña escala, con una actividad dentro de uno de los temas… y conforme vayas adquiriendo confianza y conociendo como reaccionan los alumnos, puedes ir incorporando nuevas dinámicas cada año hasta que llegues al nivel que consideres adecuado, que en cada asignatura será uno diferente (y no toques el sistema de evaluación hasta que no estés muy seguro de lo que estás haciendo.

DESCRIPCIÓN Enlace
Ejemplo de actividad en grupo en la clase http://politube.upv.es/play.php?vid=48107
Articulo explicando la innovación docenteMarin-Garcia, J.A., Miralles Insa, C., Garcia-Sabater, J.J., and Vidal Carreas, P.I. 2008. “Teaching Management Based on Students Teamwork: Advantages, Drawbacks and Proposals for Action”. Intangible Capital 4 (2) 143-165. http://www.intangiblecapital.org/index.php/ic/article/view/64/76

 

 

Visitas: 35

Descarga libre hasta 30 de abril: An analysis of the direct and mediated effects of employee commitment and supply chain integration on organisational performance

Article title: An analysis of the direct and mediated effects of employee commitment and supply chain integration on organisational performance Reference: PROECO5810 Journal title: International Journal of Production Economics Corresponding author: Dr. Rafaela Alfalla-Luque First author: Dr. Rafaela Alfalla-Luque Final version published online: 11-MAR-2015 Full bibliographic details: International Journal of Production Economics (2015), pp. 242-257 DOI information: 10.1016/j.ijpe.2014.07.004 Dear Dr. Alfalla-Luque, We are pleased to inform you that the final version of your article with full bibliographic details is now available online. To help you access and share your article, we are providing you with the following personal article link, which will provide free access to your article, and is valid for 50 days, until April 30, 2015 http://authors.elsevier.com/a/1Qgrg3ISCUn-4f

nyone who clicks on the link until April 30, 2015, will be taken to the final version of your article on ScienceDirect for free

Visitas: 10

¿Me afecta el tema del plagio/deshonestidad académica si soy profesor de universidad?

Quiero aclarar desde el principio que no tengo ningún dato que me permita valorar si existe plagio (o comportamientos deshonestos) en la comunidad académica a la que presto mis servicios. Antes de valorar si esa falta de información me debe preocupar, voy a repasar, en calidad de profesor e investigador de universidad publica española, en qué aspectos me preocupa el plagio, qué necesidades de control detecto y cuáles serían sus requerimientos.

Para ello, tendré  en cuenta los diferentes roles que desempeño en mi universidad. Soy profesor en varias asignaturas de grado o máster y tutor de trabajos final de grado o máster; Subdirector de Investigación del DOE  y, por lo tanto, validador de los méritos científicos de las personas pertenecientes a esta estructura; Director Académico de los Títulos  GIOI y MUGESP;  miembro de la Comisión Académica del Titulo del Programa de Doctorado en Administración y Dirección de Empresas y editor jefe de la revista científica WPOM.

En la tabla siguiente relaciono los diferentes objetos, que me preocupan que puedan ser plagiados, con el rol que desempeño cuando los valoro.

Como punto de partida, creo que se necesitan dos cosas para acabar con el plagio o la deshonestidad académica: sensibilizara a alumnos/profesores sobre honestidad académica y tener un buen sistema antiplagio para detectar si alguien no se sensibiliza.

En el caso de memorias de trabajos académicos o preguntas de desarrollo me centraré en las que los alumnos entregan como documento electrónico, bien sobre plataformas on-line en situación de examen o en trabajo autónomo. Por ello descarto el poder detectar el plagio cuando entregan el trabajo escrito a “mano” (lo que tendría cierta implicación a la hora de reflexionar sobre las situaciones ideales para realizar un examen si quiero evitar el plagio). Lo que me preocupa en este caso es tener la seguridad de que los trabajos que me presentan mis alumnos son fruto de su trabajo y de su aprendizaje y no algo que se hayan “descargado” o “copiado y pegado” de documentos realizados por otras personas. Esto sería extensible a las propuestas de proyectos de tesis o a la propuesta de solicitud para acceder a un doctorado.

Para ello, considero imprescindible disponer de una herramienta admita documentos en texto plano, RTF,  PDF o en alguno de los formatos de procesador de texto habituales. Que detecte plagio, no sólo entre los trabajos de sus compañeros de curso, sino también de trabajos de otros años o de otras universidades/titulaciones, o de documentos accesibles en páginas web o de foros que requieran un login y password para acceder a los “servicios” y, por si fuera poco, que detecte fuentes en otros idiomas (es decir, el mismo texto en castellano, valenciano o inglés, como mínimo, pues los tres son idiomas oficiales de mis asignaturas).

Hasta el momento sólo he tenido la oportunidad de probar algunas herramientas gratis en internet, la versión gratuita de VIPER y la versión piloto de una herramienta de desarrollo local en la UPV (DOCODE).

Lo que he visto hasta el momento -ultima prueba en septiembre de 2014- no puede ser más inútil y más desalentador (por no poner adjetivos más negativos). Las plataformas web gratuitas son incómodas de manejar (hay que subir los textos uno a uno), muchas veces sólo admiten texto plano, no se puede subir un archivo, y limitan el número de palabras que permiten por “documento” o en todos los documentos revisados en un plazo de tiempo. Estos límites varían pero pocas veces permiten analizar un documento completo (solo unos pocos párrafos o páginas). Por otra parte, casi nunca detectan plagio (yo lo he probado subiendo una copia de textos que existen en internet con acceso público y no los detectan).

VIPER , en su versión gratuita 4.1.9, aparentemente supera alguno de estos problemas (al menos la de subir ficheros y varios de golpe), pero tiene una limitación de número de palabras por día. Además, el programa es bastante inestable, no permite subir documentos PDF (diga lo que diga su propaganda) y muy lento. Por otra parte los resultados no han resultado nada satisfactorios (son mejores que las páginas web o que DOCODE, pero insuficientes, por lo menos en la versión gratuita). Por ejemplo, tras descargar una página de wikipedia traducida en google translator, me ha detectado 3 fuentes de Scribd y otros servicios de trabajos de alumnos, pero no me ha detectado la fuente original. Además el programa no funciona bien con textos en castellano o textos que no estén codificados UTF-8 pues todas la tiles, “ñ” etc rompen la cadena de detección dejando unos porcentajes de similitud entre el 15%  y el 22% cuando en realidad es exactamente el mismo texto.

El programa DOCODE lo he probado con más detenimiento subiendo una batería de textos y los resultados son incluso peores que VIPER gratuito. He puesto un documento y su traducción al ingles y no detecta que son lo mismo (por lo tanto no me protege en absoluto contra el plagio entre idiomas oficiales en mis asignaturas: castellano, valenciano y en muchas ocasiones inglés, ni frente a traducciones de trabajos que localicen en la web). He descargado unos PDF de la web, los he metido en escalona y me salen solo parcialmente referenciados en la web cuando son una copia exacta en el mismo idioma. En otra prueba he descargado un documento del ministerio y otro de un repositorio, y las fuentes web que me cita son “wikipedia” cuando hace la definición de una de las frases en el contenido, en lugar de identificarme el documento que me he descargado de una web pública sólo 3 minutos antes.  He subido un PDF de un documento que está en un repositorio abierto en internet y no lo detecta como plagio. Por último, he metido dos TFG casi iguales, son dos versiones con mínimos cambios de un mismo alumno… y no me dice que son lo mismo.

No he tenido la posibilidad de probar Turnitin (y no se si es merecedor de la fama que tiene como el “mejor” sistema detector de plagio). Lo que si he podido comprobar es  que Trunitin es Caro, pero siempre me asalta la duda de si desarrollar algo que se parezca a Turnitin no será más caro todavía (y con el riesgo adicional que nos salga un producto que no resuelve nuestras necesidades). Por otra parte, en cosas como estas, dudo que un desarrollo local sirva de verdad para algo… Si no somos capaces de desarrollar un sistema que comparta mucha gente (la mayoría de las universidades de habla castellana: españolas y latinoamericanas, públicas y privadas…) esto será un coladero. Si lo compartimos muchos, el coste será mucho  menor (para mi esto debería ser un proyecto de software libre pagado por varias universidades o vía crowsourcing, para que realmente acabe siendo algo que se acerque o mejore a Turnitin). Hay experiencias de software desarrollado de esta manera (el que más lo necesita tira del carro y poco a poco se van enganchando otros que acaban aportando recursos o dinero para el desarrollo. Moodle, Limesurvey, Trello, son ejemplos de plataformas que se han creado así). Siendo algo que todas las universidades necesitan, supongo que habría masa suficiente para que aportando todos un poco, el proyecto vaya adelante… pero si en lugar de eso cada una opta por gastarse “su” dinero para crear “su” aplicación, al final no creo que logremos lo que se necesita y entre todos habremos gastado una fortuna para nada. Si no somos capaces de “pactar” un proyecto común (open) para algo que necesitamos y que, “necesariamente”, tenemos que parir entre todos para que sea útil y no deje resquicios al plagio entre universidades, creo que ya hemos perdido la batalla antes de comenzarla.

Y se trata de una batalla, desde mi punto de vista, importante. ¿Para qué me voy a esforzar como profesor en gastar mi tiempo en evaluar de manera fiable y justa unos trabajos, si no puedo tener la garantía de que el alumno que lo presenta es el autor del trabajo? Lo que ocurre es que, en estos momentos, no tengo ninguna herramienta para poder estimar si el plagio es un problema grave o no en mi contexto. ¿Hay mucho o pocos alumnos que plagian sus trabajos? Ni idea. Y no tengo forma de saberlo si mi institución no me proporciona unas herramientas adecuadas. Quizás habría que elegir una muestra de asignaturas y TFG/TFM, usar una plataforma fiable para analizar si hay plagio en los trabajos que han presentado los alumnos en los últimos dos años  (cueste lo que cueste no será caro porque estamos hablando de una muestra), y extrapolar los resultados para estimar si se trata de un problema grave o no.

Por otra parte, este problema no reside solo en grado… en posgrado y doctorandos parece que el problema también puede ser importante (  PH.D. IN “COPY-AND-PASTE”? Addressing the Rise of Plagiarism in Graduate Programs  ). No obstante, de nuevo habría que valorarlo, porque los autores de este informe son parte interesada en demostrar que el plagio es grave porque venden sistemas antiplagio.

También quiero aprovechar para reflexionar sobre el plagio de artículos científicos por dos motivos. Uno, es que en el máster y en el programa de doctorado donde participo, los alumnos pueden presentar su TFM o su tesis en dos formatos. Pueden hacer una monografía (en cuyo caso la detección de plagio seguiría un procedimiento similar al de los trabajos académicos que ya he comentado) pero también pueden presentar una colección de artículos.  En estos casos, se necesita un sistema especializado en detección de plagio de artículos científicos. Por otra parte soy editor de una revista científica y cada vez que se sube un artículo a la plataforma debería poder comprobar si es original o una copia de algo que ya se ha publicado. Y esto debería hacerlo antes de mandar el artículo a los revisores de la revista. Para que solo gasten su tiempo en aportaciones originales.

Por suerte, el mercado tiene una plataforma muy buena y probada para la detección de plagio iThenticate: Plagiarism Detection Software.  Pero, por desgracia, vuelve a ser cara (al menos para los presupuestos disponibles en el programa de doctorado, prácticamente cero, o en una revista OPEN JOURNAL que no tiene fuentes de ingresos). En este caso hemos podido contar con el apoyo de la editorial UPV para poder aplicar este sistema a los artículos remitidos a la revista a partir de 2015, lo que es algo muy de agradecer.

Visitas: 58